Viaje del agua Bajo Abroñigal
El viaje del Agua del Bajo Abroñigal comenzaba en el Arca de fontanería segunda “Los Mochuelos” donde se encontraba el pozo de cabecera. Dicho pozo tenía una profundidad de 3 metros producida por las aguas que confluían en él y que procedían de las diferentes galerías de captación o minas con origen en los pueblos de Canillas y Canillejas.
Desde aquí el agua recorría la calle de Alcalá y la Actual calle de Goya para
después desviarse por la que sería años más tarde calle Serrano llegando al
arca de Agua junto a la Puerta de Recoletos. Este Arca de Agua estaba ubicado
extramuros junto al convento de los Agustinos Recoletos, actual Museo
Arqueológico Nacional y Biblioteca Nacional, donde se realizaban los análisis pertinentes para
comprobar la calidad y composición del agua del viaje.
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Ilustración del Arca de Agua de Recoletos junto a la puerta del mismo nombre |
Eusebio se encargaba de las tareas de mantenimiento, subsanación y vigilancia de todo el viaje del agua, así como del custodio de llaves que daban acceso al viaje y a las diferentes cancelas que delimitaban los tramos del mismo. También se encargaba de la inspección regular de las galerías y depósitos a través de los pozos de bajada, una tarea imprescindible para garantizar el suministro de agua y prevenir problemas como derrumbes o desvíos ilegales de agua.
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Llaves del viaje de agua del Bajo Abroñigal |
Antes de Eusebio hubo varios
Fontaneros encargado del viaje del Agua del Bajo Abroñigal, pues este viaje
llevaba funcionando varios siglos atrás pero fue Cristóbal Aguilera, Maestro mayor de fuentes entre 1620 y 1647
quien mandó reparar las deficiencias de este viaje para obtener así mayor
cantidad de agua o reales fontaneros que era la unidad de medida que se utilizaba
en aquella época.
La villa de Madrid contaba con un
Maestro mayor de fuentes, puesto que solía recaer en el maestro de Obras de la Villa. Los
viajes del Agua dependían de la Junta de Fuentes, aunque ya en el siglo XIX
pasaron a formar parte de la junta de obras públicas.
Madrid contaba con varios viajes del
agua, cerca de la centena, la mayoría eran privados, pertenecientes a la Iglesia
o a la Corona como él de la Fuente del Berro o el del parque del Buen Retiro,
pero no todos estos viajes portaban agua apta para el consumo. El agua no apta
para el consumo humano o agua gorda se utilizaba para consumo animal y
regadío.
De todos estos viajes solo eran 5 los
que gestionaba el ayuntamiento de Madrid: El de la Alcubilla, Amaniel o de
Palacio, Castellana, Alto Abroñigal y Bajo Abroñigal, independientes el uno
del otro.
Al frente de los viajes del agua
estaba el Maestro mayor de fuentes que delegaba en cada uno de los viajes a los
fontaneros principales de cada viaje como era el caso de mi trastatarabuelo Eusebio.
El fontanero principal de cada uno de los viajes tenía un cargo de relevancia y
responsabilidad teniendo a su cargo varios trabajadores que realizaban las
tareas propias. De todos los viajes era el del bajo Abroñigal el que más
caudal de agua aportaba a la villa pues suministraba dos terceras partes del
total de agua.
En el siguiente plano de 1900 se puede
apreciar, rodeado con un círculo, el área de fontanería muy próximo a la
confluencia de los arroyos Abroñigal y Calero.
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Plano facundo de Cañadas de 1900 del Instituto Geográfico Nacional |
Según los padrones de que dispongo, en 1878 no había ninguna construcción más en la calle Arroyo Abroñigal que no fuera la casa Mochuelos. En el siguiente padrón, el de 1890, aparecen más viviendas en la calle y Eusebio ya no ejerce como fontanero sino como jornalero por lo que sería el último fontanero del viaje del agua Bajo Abroñigal.
De hecho, en 1858 entró en
funcionamiento el Canal de Isabell II que poco a poco fue abasteciendo de agua
a Madrid procedente del Valle de Lozoya y sustituyendo los viajes del agua.
Esto no fue inmediato ya que tuvieron que pasar muchos años hasta que el Canal
de Isabel II abasteciera a la totalidad de la ciudad de Madrid por lo que el Canal
y viajes del agua convivieron más de 70 años.
El viaje del Agua del bajo Abroñigal
tenía una longitud aproximada de sus minas de 9 Km llegando a abastecer a 128
palacios y plazas particulares, 28 conventos y hospitales y 22 fuentes públicas
que servían de punto de toma a 394 aguadores.
Fuentes:
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