Viaje del agua Bajo Abroñigal

 Viene de la publicación anterior: La casa de Mochuelos


El viaje del Agua del Bajo Abroñigal comenzaba en el Arca de fontanería segunda “Los Mochuelos” donde se encontraba el pozo de cabecera. Dicho pozo tenía una profundidad de 3 metros producida por las aguas que confluían en él y que procedían de las diferentes galerías de captación o minas con origen en los pueblos de Canillas y Canillejas.

 Desde aquí el agua recorría la calle de Alcalá y la Actual calle de Goya para después desviarse por la que sería años más tarde calle Serrano llegando al arca de Agua junto a la Puerta de Recoletos. Este Arca de Agua estaba ubicado extramuros junto al convento de los Agustinos Recoletos, actual Museo Arqueológico Nacional y Biblioteca Nacional, donde se realizaban los análisis pertinentes para comprobar la calidad y composición del agua del viaje.

Ilustración del Arca de Agua de Recoletos junto a la puerta del mismo nombre


Eusebio se encargaba de las tareas de mantenimiento, subsanación y vigilancia de todo el viaje del agua, así como del custodio de llaves que daban acceso al viaje y a las diferentes cancelas que delimitaban los tramos del mismo. También se encargaba de la inspección regular de las galerías y depósitos a través de los pozos de bajada, una tarea imprescindible para garantizar el suministro de agua y prevenir problemas como derrumbes o desvíos ilegales de agua. 

Llaves del viaje de agua del Bajo Abroñigal
Así pues, podemos decir que la figura de mi trastararabuelo Eusebio, así como sus predecesores, fue esencial para la historia de Madrid por su dedicación al abastecimiento en suministro y calidad del recurso hídrico.   En esta  imagen se muestran las llaves que portaba y custodiaba el fontanero principal y que en 2021 estuvieron expuestas en la  exposición temporal “Madrid Acuosa” que estuvo acogida en el Centro Centro Cibeles y que actualmente están expuestas en el  Museo de historia de Madrid .         

Antes de Eusebio hubo varios Fontaneros encargado del viaje del Agua del Bajo Abroñigal, pues este viaje llevaba funcionando varios siglos atrás pero fue Cristóbal Aguilera, Maestro mayor de fuentes entre 1620 y 1647 quien mandó reparar las deficiencias de este viaje para obtener así mayor cantidad de agua o reales fontaneros que era la unidad de medida que se utilizaba en aquella época.

La villa de Madrid contaba con un Maestro mayor de fuentes, puesto que solía recaer en el maestro de Obras de la Villa. Los viajes del Agua dependían de la Junta de Fuentes, aunque ya en el siglo XIX pasaron a formar parte de la junta de obras públicas.

Madrid contaba con varios viajes del agua, cerca de la centena, la mayoría eran privados, pertenecientes a la Iglesia o a la Corona como él de la Fuente del Berro o el del parque del Buen Retiro, pero no todos estos viajes portaban agua apta para el consumo. El agua no apta para el consumo humano o agua gorda se utilizaba para consumo animal y regadío.

De todos estos viajes solo eran 5 los que gestionaba el ayuntamiento de Madrid: El de la Alcubilla, Amaniel o de Palacio, Castellana, Alto Abroñigal y Bajo Abroñigal, independientes el uno del otro.

Al frente de los viajes del agua estaba el Maestro mayor de fuentes que delegaba en cada uno de los viajes a los fontaneros principales de cada viaje como era el caso de mi trastatarabuelo Eusebio. El fontanero principal de cada uno de los viajes tenía un cargo de relevancia y responsabilidad teniendo a su cargo varios trabajadores que realizaban las tareas propias. De todos los viajes era el del bajo Abroñigal el que más caudal de agua aportaba a la villa pues suministraba dos terceras partes del total de agua.

En el siguiente plano de 1900 se puede apreciar, rodeado con un círculo, el área de fontanería muy próximo a la confluencia de los arroyos Abroñigal y Calero.

Plano facundo de Cañadas de 1900 del Instituto Geográfico Nacional


Según los padrones de que dispongo, en 1878 no había ninguna construcción más en la calle Arroyo Abroñigal que no fuera la casa Mochuelos. En el siguiente padrón, el de 1890, aparecen más viviendas en la calle y Eusebio ya no ejerce como fontanero sino como jornalero por lo que sería el último fontanero del viaje del agua Bajo Abroñigal. 

De hecho, en 1858 entró en funcionamiento el Canal de Isabell II que poco a poco fue abasteciendo de agua a Madrid procedente del Valle de Lozoya y sustituyendo los viajes del agua. Esto no fue inmediato ya que tuvieron que pasar muchos años hasta que el Canal de Isabel II abasteciera a la totalidad de la ciudad de Madrid por lo que el Canal y viajes del agua convivieron más de 70 años.

El viaje del Agua del bajo Abroñigal tenía una longitud aproximada de sus minas de 9 Km llegando a abastecer a 128 palacios y plazas particulares, 28 conventos y hospitales y 22 fuentes públicas que servían de punto de toma a 394 aguadores.


Fuentes:

Instituto Geográfico Nacional

Gato por Madrid

Museo de historia de Madrid

Wikipedia


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